- No pueden incluir ninguna forma de VIOLENCIA física ni psicológica.
- Deben de estar en función de la CAPACIDAD del niño o niña para asumir responsabilidades.
- Las normas deben ser: POCAS, SENCILLAS Y SOBRE TEMAS IMPORTANTES. Escribirlas o dibujarlas puede ser un apoyo.
- Una vez fijadas, intentad NO CAMBIARLAS. Si no queda más remedio, explicadle a vuestro hijo el motivo del cambio.
- Han de estar CONSENSUADAS entre ambos padres. Si os desacreditáis delante de vuestros hijos, ellos sabrán cómo utilizarlo y todos saldréis perdiendo.
- En la medida de lo posible, de acuerdo a la edad y madurez de vuestro hijo y del tipo de norma de que se trate, las normas deben de estar consensuadas con él. No obstante, los padres deben de tener la última palabra.
- Los padres debéis dar a CONOCER a vuestro hijo las normas PREVIAMENTE, explicando el sentido de las mismas y cuáles son las consecuencias en caso de que no se cumplan.
- Ambos padres debéis de tener claro y estar de acuerdo en aquello que es NEGOCIABLE y puede servir para estimular a vuestro hijo para que alcance algún objetivo deseable (ej.- “si apruebas todas las asignaturas te dejaremos salir hasta más tarde”) y aquello que NO ES NEGOCIABLE (ej.- no se puede insultar ni faltar el respeto a nadie).
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