Bienvenidos al blog Conectando semillas,

Este blog es una iniciativa del Equipo Esperi, formado por un grupo de profesionales (psiquiatras, psicólogos, educadores y trabajadores sociales) dedicados al cuidado de todos aquellos niños y jóvenes que presentan algún tipo de problema relacionado con la salud mental.

Nace con la ilusión de crear un espacio virtual en el que tanto los jóvenes y sus familias como los profesionales podamos compartir nuestros puntos de vista.

Por nuestra parte queremos poner a vuestra disposición material seleccionado que consideremos útil a la hora de prevenir, evaluar, abordar y/o afrontar los diferentes problemas de salud mental en la infancia y juventud.

Pero vosotros sois los auténticos protagonistas. Por eso os animamos a que compartáis aquí vuestras inquietudes, opiniones, experiencias, consejos, esperanzas, vuestros logros, vuestras metas,… para que desde aquí llegue a todos los jóvenes y familias que están pasando por circunstancias parecidas y que necesitan saber que no están solos y para que la sociedad en su conjunto se haga eco.

lunes, 8 de octubre de 2012

El duelo de la adolescencia


La adolescencia es una de las etapas más importantes y complicadas de nuestra vida. La cantidad de cambios biológicos, emocionales y sociales que acontecen en un periodo relativamente corto ponen a prueba la capacidad del individuo, y de su entorno, para adaptarse y salir reforzado de dicho momento crítico.

La adolescencia conlleva un proceso de duelo por el que el individuo ha de renunciar a su ser “niño” para encontrar una identidad como adulto de la que se sienta orgulloso y que le permita desenvolverse y desempeñar un determinado rol dentro de la comunidad. Como todo duelo, las pérdidas que se suceden generan sentimientos de tristeza, miedo, impotencia, inseguridad, búsqueda desesperada de uno mismo… que harán tambalearse al individuo, y a su entorno, en más de una ocasión.

Por suerte para la mayoría de los adolescentes, esta etapa de cambios les aporta innumerables experiencias tremendamente gratificantes que les ayudan a sobrellevar los sentimientos dolorosos: la sensación de energía y libertad, autonomía, independencia, las primeras relaciones sentimentales, la comprensión más profunda del mundo…


Los padres de los adolescentes no suelen tener tanta suerte. Ellos no experimentan en propia carne tales experiencias gratificantes mientras que sí sufren el “caos” que supone convivir con la adolescencia cuando uno ya es adulto. También los padres han de afrontar su propio duelo y muchas veces sentirán que han perdido a “su príncipe” y a “su princesa”. Efectivamente, el ciclo de la vida hará que “las cosas nunca vuelvan a ser como antes” pero, algún día no muy lejano, una mujer y un hombre maravilloso atravesarán la puerta de su casa y se sentirán orgullosos porque se darán cuenta de que sin ellos esa espectacular transformación no habría sido igual.  

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