Bienvenidos al blog Conectando semillas,

Este blog es una iniciativa del Equipo Esperi, formado por un grupo de profesionales (psiquiatras, psicólogos, educadores y trabajadores sociales) dedicados al cuidado de todos aquellos niños y jóvenes que presentan algún tipo de problema relacionado con la salud mental.

Nace con la ilusión de crear un espacio virtual en el que tanto los jóvenes y sus familias como los profesionales podamos compartir nuestros puntos de vista.

Por nuestra parte queremos poner a vuestra disposición material seleccionado que consideremos útil a la hora de prevenir, evaluar, abordar y/o afrontar los diferentes problemas de salud mental en la infancia y juventud.

Pero vosotros sois los auténticos protagonistas. Por eso os animamos a que compartáis aquí vuestras inquietudes, opiniones, experiencias, consejos, esperanzas, vuestros logros, vuestras metas,… para que desde aquí llegue a todos los jóvenes y familias que están pasando por circunstancias parecidas y que necesitan saber que no están solos y para que la sociedad en su conjunto se haga eco.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

QUEREMOS SER UNOS PADRES CONSCIENTES II


LA COMUNICACIÓN

La comunicación es la piedra angular que sustenta la construcción de unas relaciones sólidas con nuestros hijos. Pero esa clase de comunicación implica la conciencia de las propias emociones, la capacidad para compartirlas respetuosamente con los demás y la comprensión empática de  las emociones de nuestros hijos.

La capacidad de los padres para comunicar sus emociones contribuye a que los niños desarrollen vitalidad y empatía, cualidades que son muy importantes para relacionarse socialmente de forma adecuada el resto de la vida. El cuidado de las  relaciones implica compartir y ampliar las emociones positivas y tranquilizadoras y reducir las emociones negativas.


Imagine que su hijo está jugando en el patio y entra en la casa muy excitado porque ha recogido unos escarabajos de colores en un pequeño bote de cristal.
-          Mira, mamá, mira lo que he encontrado, ¿no son bonitos?
-          Saca esos bichos repugnantes de aquí ahora mismo -le reprende la madre severamente porque todo lo que ve es la posibilidad de que los insectos acaben escapándose por la casa.
-          Pero, mamá, si ni siquiera los has visto. Mira el color verde brillante de sus alas -dice su hijo en tono de protesta. Pero la mirada de la madre permanece fija en el tarro y, tomando a su hijo por el brazo, lo lleva hacia la puerta, mientras le dice:
-          Los insectos viven afuera y deben quedarse allí.

En esta situación, la experiencia emocional del niño acaba siendo completamente anulada. Su alegría y su placer no son compartidos y, probablemente, acabe completamente confundido sobre el significado y el valor de su experiencia. Se siente "bueno" y excitado por su descubrimiento y entra en la casa para compartir esos sentimientos. Pero, en su lugar, recibe la respuesta de que ha sido "malo".
Una conexión emocional significativa por parte de la madre habría valorado adecuadamente la experiencia del pequeño y habría participado de la emoción de su descubrimiento. Eso no quiere decir que tengamos que convivir con insectos merodeando por la casa sino, sencillamente, que es importante que sintonicemos o resonemos con la experiencia emocional de nuestros hijos en lugar de limitarnos a reprimir su conducta externa.
Sintonizar con las emociones de nuestros hijos puede requerir que descendamos a su nivel, manteniendo una postura abierta y receptiva, mirando lo que nos traen para mostrarnos y expresando curiosidad y entusiasmo en nuestro tono de voz:
-           "iDéjame verlos! ¡Caramba, qué colores tan bonitos! Gracias por enseñármelos. ¿Dónde los has encontrado? Aunque me parece que serían más felices viviendo afuera".

Esa actitud no sólo refuerza la relación materno-filial sino que el niño también siente su yo fortalecido porque percibe que sus ideas y sus emociones son valoradas por la madre.

Cuando los padres resuenan con las emociones sus hijos, la experiencia que éstos tienen de sí mismos es que son "buenos". Las conexiones emocionales aportan un sentido de valor al niño y determinan la comprensión que tiene tanto de sus padres como de sí mismo.

FUENTE: Libro"SER PADRES CONSCIENTES". Autores: Daniel J. Siegel, Mary Hartzell

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