La infancia y la adolescencia son
las etapas de la vida en las que una buena alimentación es prioritaria: a lo
largo de ellas se desarrollan y maduran los órganos y se deben consolidar los
hábitos alimenticios corrector
1. Descartar una enfermedad
subyacente (inapetencia secundaria). Ante un niño que no
come, consultar al médico- pediatra.
2. Introducir alimentos nuevos de
forma gradual, al principio de cada comida, cuando hay más apetito, y
asociándolos o condimentándolos para lograr una mayor aceptación (espaguetis
con carne y verduras,…)
3. No utilizar los alimentos como
premios o castigos. Es ineficaz. Procurar no perder la paciencia. El niño
inapetente es a veces un niño manipulador.
4. Diversificar
y enriquecer los alimentos. Comer en pequeñas tomas incluyendo todos los
tipos de alimentos. La dieta variada estimula el apetito, cubre las necesidades
y conforma hábitos alimentarios sólidos para la edad adulta.
5. Distribuir regularmente las
comidas. Distribuir la comida en cinco tomas al día. Si el niño no come una
comida, esperar a la siguiente para no perder el ritmo d
e horarios. Evitar que
el niño coma entre horas. El desayuno debe ser una verdadera comida e incluir leche
u otro lácteo, cereales, tostadas o un pequeño bocadillo.
6. Evitar alimentos poco nutritivos
que quitan el apetito. Limitar el consumo de bebidas refrescantes
azucaradas, pasteles y bollería,
chocolate, golosinas y snacks.
7. Presentar los alimentos de
forma atractiva. Cuidar el acto de comer y enriquecerlo con el mayor número de estímulos sensoriales
gratificantes.
8. Favorecer la actividad física.
El deporte moderado aumenta el apetito y potencia el desarrollo psicomotor y
psicosocial del niño.
9. Otras recomendaciones:
enseñar al niño a comer de todo y no abusar de nada; limitar el consumo de
“calorías vacías” (golosinas, bebidas refrescantes, snacks,…); en el almuerzo y
la merienda, ofrecer bocadillos preparados en casa, frutas y productos lácteos.
No abusar de los embutidos; el niño debe comer en la mesa con la familia (no
antes, ni después).
10. Descartar carencias
vitamínicas y minerales, si es necesario mejorar con un suplemento
vitamínico-mineral durante un tiempo.
Fuente:
Consejos por la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital Ramón y
Cajal, Madrid.
muy Interesante, también tendríamos que escribir sobre los que comiamos mucho de pequeños y sus consecuencias
ResponderEliminarun saludo
Efectivamente, llevamos tiempo escuchando hablar sobre el problema que supone la obesidad infantil por lo que nos parece muy oportuna tu sugerencia. Próximamente elaboraremos una entrada al respecto.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por participar en nuestro blog